Sunday, December 22, 2013

Fuerzas Armadas

Hay que discutir lo de Milani, ¿no? En los blogs se viene escribiendo mucho sobre el tema; en los diarios del palo recién ahora parece que toma dinamismo, luego del nombramiento. Esto último es una pena. La prensa hegemónica y la oposición se vienen haciendo un festín con el asunto desde hace meses. A esos giles, ni cabida. Sigamos.

La posición del CELS es muy sólida. Si hasta el cantinero del batallón riojano donde estaba apostado Milani sabía de la represión ilegal, el joven soldado debe de haber visto algo, debe de haber sospechado; quizás incluso tuvo alguna participación burocrática en la represión ilegal. Esto no lo hace un torturador, ni un genocida. ¿Amerita cerrarle la puerta a ser jefe del Ejército? Para Verbitsky sí. Igual ojo, que esto nos ayude a tener más cautela con el denuncialismo.

Desde otro lugar y con la potencia de siempre, Hebe habló al respecto este jueves en su marcha semanal, y dijo esto:

Y también habrá visto que generó mucha repercusión mi reportaje al general Milani. Algunos estaban a favor, otros no, porque la gente no entiende la transformación del Ejército. Si nosotros no pensamos que hay un Ejército que se puede transformar, que no tiene nada que ver, porque más de lo que investigamos las Madres no investiga nadie, nada que ver con lo que se lo denuncia. Primero porque la denuncia empezó con Lanata y un radical amargado que le metió fuego y chau, como tantas difamaciones. Los que se equivocaron con Milani son los mismos que dijeron, muchos de ellos, algún periodista, que no había que nombrarlo a Bergoglio como Papa porque había secuestrado algunos sacerdotes. En vez de secuestrarlos a uno lo salvó, ese que lo salvó salió hablar y dice: cómo que me secuestró, me salvó. Así que se equivocó, se equivocan y se equivocan mucho. Nosotras estamos muy contentas de haber podido hacer esa nota y de que el Ejército empiece a trabajar en lo que tiene que hacer, bien cerca del pueblo porque nosotros no tenemos un Ejército para hacer la guerra, nosotros no tenemos que hacer guerra, tenemos que tener un Ejército que sea del pueblo, que trabaje, que luche, que vaya a los barrios, que los organice, que haga las calles, que ponga la luz, todo lo que los barrios necesitan. Un barrio que está bien diagramado, organizado, urbanizado, con agua, con luz, con veredas es otra cosa. Y el Ejército tiene hombres, tiene ingenieros, tiene plata y tiene maquinarías, así que vayan todos: no solo los soldados, también los generales. Todos tienen que ir a trabajar porque me parece que eso es lo bueno, si hablamos de igualdad van a tener que trabajar todos y si no trabajan yo les voy a dar con la misma leña.

Este debate, como el de Bergoglio/Francisco, recién empieza. Será la gestión efectiva de Milani en el Ejército la que permita trascender los dilemas que desde el kirchnerismo enfrentamos al discutir su nombramiento.

Por lo pronto, desde acá, nos animamos a algunas preguntas:
  • ¿Estamos todxs de acuerdo que queremos un Ejército  "que vaya a los barrios, que los organice"? ¿O preferimos unas fuerzas armadas "mínimas", alejadas del pueblo y de las calles?
  • ¿Nuestro modelo de Ejército "nacional y popular" es el Venezolano? ¿O cuál sería?
  • La repolitización de los militares, ¿traerá aparejada una remilitarización de la política? ¿Se multiplicarán los Bernis? ¿Tendremos nuestros propios Diosdados Cabellos?
  • ¿Nos volvimos presos de nuestro propio maniqueismo al hablar de la dictadura cívico-militar? ¿Estamos en hora de empezar a complejizar las discusiones? ¿Nos faltan palabras en el diccionario además de "genocida", "cómplice", "víctima", "rehén" y "desaparecido"?
  • Siguiendo al Manual de Conducción Política, la designación de Milani, ¿es una acción de gobierno o una acción política? ¿Es acercar al Ejército (y a su Inteligencia) o es reformar sus estructuras? ¿Es sumar brazos al proyecto, o transformar una institución pública?
Como siempre, bancamos a Cristina. Pero no sin discutir.