Monday, November 29, 2010

Liliana Herrero, la identidad, las palabras...

(al final de la canción viene la reflexión de la Lili)



Quien es dueñx de una palabra? Quien tiene la capacidad de significar una palabra, de darle contenido único e unívoco?

Nunca existe la palabra exacta... adjetivar, nombrar, darle palabra a una acción es siempre un acto arbitrario, estético, artístico. Al hablar hacemos arte, buscamos cómo ajustar ruidos y signos a sensaciones, emociones, corazonadas, percepciones que son anteriores a las letras y los sonidos.

“Esa mina es una trola” “No seas facho” “Que música celestial!” “Que se vayan todos”

Palabras que usamos, que elegimos, que a veces nos salen sin saber bien de donde. De la profundidad de nuestras experiencias pasadas, de nuestro subconciente y no tan subconciente, de nuestros prejuicios y nuestras aspiraciones. Pero también nos salen de la creatividad, de la improvisación que es propia del arte pero es común a toda actividad humana.

Un querido amigo me contaba una anécdota sobre el uso de las palabras que le sucedió en el contexto de una marcha política. Se disputaba en la legislatura la Ley de Matrimonio Igualitario, y se había llamado a una concentración del movimiento LGBT en la Plaza de los Dos Congresos. Un evento histórico, de convocatoria masiva entre la juventud porteña. Mi amigo había ido en apoyo de la causa, de la que estaba muy convencido. En un determinado momento, varixs compañerxs comenzaron a cantar consignas en repudio a las instituciones homofóbicas del estado. Como buen anarquista, se sumó a los alaridos populares de “Muera la Iglesia fascista!”, “Fin al Estado Patriarcal y Machista!” y otros. En un instante de silencio entre canto y canto, de lo más profundo del alma le salió el grito de “MACRI PUTO!!!” Como sucede en esas circunstancias, mi amigo se dió cuenta que había metido la pata mientras las palabras salían por su boca. Y se quiso matar...

Más allá de las importantes discusiones que hay que dar sobre la homofobia y el machismo en nuestros tan queridos y necesarios insultos y “puteadas”--palabra ya de por sí problemática, vale también preguntarse qué significa la palabra “puto” en diversos contextos. En ese sentido es interesante la resignificación que tiene en el contexto actual detro del movimiento LGBT. Resalta la novedosa organización Putos Peronistas, que gritan a los cuatro vientos: “Los Gays son Gorilas!”.

Por más fuertes que sean las palabras y sus contenidos—lo que lxs semióticxs llamarían la pareja significado/significante—también son inestables, fluídas, en constante tensión, en construcción y deconstrucción, totalización y destotalización. Cuando afirmamos una identidad, afirmamos una cultura, unas tradiciones, una historia, pero lo hacemos a través de palabras, imagenes, símbolos. Y quién es dueñx de esos signos?

A fin de cuentas, cuando una persona habla de su identidad, lo hace asumiendo como propia una palabra. Al yo decir "soy varón" lo hago a sabiendas de que esa palabra tiene profundos significados en mi pasado, en mis memorias, como las veces en que mi padre me decía que yo era una nena por llorar. Pero también al decirlo asimilo el sinnúmero de connotaciones sociales que trae esa palabra consigo, entre ellas el patriarcado, los binarismos de género, la homofobia, etc. Y aunque muy mal me caigan los binarismos, el patriarcado y la homofobia, yo sigo reivindicándome como un varón, sigo siendo eso.

Quizás lo que debemos asumir es que las palabras y sus significados están siempre en boga. No abandonemos una palabra porque sea mal usada, porque no nos gusta como otrx la usa o la manipula. Defendamos nuestras palabras, luchemos por su continuidad, su renovación, porque signifiquen para todxs lo que significan para nosotrxs....

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