Saturday, December 25, 2010

verdades

lo digo pa que quede claro,

que yo no creo en la Verdad
(esa que se dice única y unívoca),

pero sí que creo que hay
una verdad
(algunita por lo menos)

en cada herida,
en cada fractura,
en cada fisura,
en cada frontera...

Tuesday, December 14, 2010

Calle 13 y los Derechos Humanos



El Domingo a la noche en la Plaza de Mayo, en el marco del Festival por la Democracia y los Derechos Humanos, tocó Calle 13. Yo estuve en la plaza. No fui para verlos a ellos, pero su música me encanta. Me divierte, me gusta, me parece original y diferente. La canción que le hicieron al FBI por el asesinato de Filiberto Ojeda Ríos es excelente, y demuestra un compromiso por la independencia de Puerto Rico que pocxs artistas de la isla tienen el coraje de demostrar. Además, en los últimos años, han venido tomando posición y poniéndose la camiseta por otras luchas de nuestro continente, cosa que me encanta. A su audiencia, que me imagino que tiene poca politización –aunque por ahí es un prejuicio mio– la están exponiendo a realidades tremendas de la desigualdad y la injusticia que se vive en el mundo. Pero lo que hicieron el domingo no me terminó de gustar, y quisiera intentar pensar por qué.

Antes que nada, un poco de contexto. Estas últimas semanas han sido trágicas y complejas en términos de violencia y represión de la protesta social en la Argentina. Primero fue el asesinato de Mariano Ferreyra, un militante jóven del Partido Obrero a manos de una patota sindical en el contexto de un reclamo de tercerizadxs del Ferrocarril Roca. Luego fue la represión de un reclamo por tierras de la comunidad qom La Primavera, en Formosa, que cobró la vida de dos miembros de los pueblos originarios, Roberto López y Sixto Gómez. Y esta última semana, cuando 1000 familias ocuparon el Parque Indoamericano en Villa Soldati en la Ciudad de Buenos Aires, reclamando una respuesta a sus demandas de vivienda digna, un operativo conjunto de desalojo entre la Policía Metropolitana y la Federal resultó en dos muertes, las de Bernardo Salguero y Rosemary Churapuña. En el marco de un país donde el gobierno nacional ha sido contundente en su repudio de la represión a la protesta social, la situación es preocupante, y requiere un análisis profundo para comprender por qué suceden estos eventos, quiénes son lxs responsables, y cómo prevenirlos.

Durante el recital el domingo, René, el cantante de Calle 13, salió al escenario en cuero y con unas palabras escritas en su cuerpo, dijo lo siguiente:

“No debe haber asesinatos como los que están ocurriendo acá, por eso escribo esto en mis espalda. El que quiera que tomé una foto. El que quiera que me pegue un tiro”.

Inmediatamente, reveló que en su espalda se veía escrito “JUSTICIA para Mariano Ferreyra, TOBAS, V. SOLDATI”. En un primer momento, me sentí identificado con el sentimiento de indignación que transmitió René. Que haya tanto muerto en la calle se tiene que decir, especialmente en un acto por los derechos humanos. Se me dió por aplaudir...

Luego de tocar un par de temas más, el Residente se puso a hablar del racismo y el odio hacia lxs migrantes, especialmente refiriéndose a aquellxs que se van “p'al norte”. Antes de tocar ese mismo tema—un hitazo de la Calle 13—decidió dedicárselo a la señora Gobernadora de Arizona, Jan Brewer. La gente mucho no entendió de qué carajos hablaba René. ¿Qué tiene que ver con nosotrxs la gobernadora de Arizona? De nuevo, un poco de contexto...

Desde la llegada al poder del Presidente Obama en los Estados Unidos, se ha observado un resurgimiento de la derecha más recalcitrante—el infame “Tea Party”, los grupos paramilitares, el racismo abierto en los medios de comunicación y en manos de líderes políticos del Partido Republicano. Paradójicamente, tener el presidente con ideas más progresistas en varias décadas, ha significado un viraje hacia la derecha de la política en el seno del imperio. A pesar de que lxs Demócratas han alcanzado algunos tibios logros políticos—la suave reforma del sistema de salud, por ejemplo—en su gran mayoría han fracasado en cumplir con las promesas electorales que le dieron la victoria a Obama en 2008.

El tema de la inmigración ha sido donde este viraje hacia la derecha se ha visto con más intensidad. Los asesinatos contra latinxs están en un pico histórico. Durante la administración Obama, la deportación de indocumentadxs ha aumentado en un 70% y está marcando records. Varios parlamentarios recientemente electos están intentando revocar la 14ava Enmienda a la Constitución—esa que dice que es norteamericanx quien ha nacido dentro del país—a fines de quitarle la ciudadanía a hijxs de inmigrantes sin papeles.

El gobierno de la republicana Jan Brewer en Arizona es la punta de lanza de esta campaña contra la población latina e inmigrante. Este año, se aprobó en la legislatura estatal del estado fronterizo la ley SB1070, que da autorización a las fuerzas policiales a pedirle documentación a cualquier persona que “sospechen” que se encuentre en el país “ilegalmente”, lo que permitirá que se detenga a transeuntes por simple portación de cara.

Ahora bien, por más que la gobernadora de Arizona sea una racista, no es dificil observar que simplemente se trata de un agente que es parte de una campaña mucho mayor de discriminación, racismo y xenofobia, elementos íntegros de la política imperial. En ese sentido, si trazamos una línea paralela con la Argentina, podríamos decir que la administración PRO del flamante Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires Mauricio Macri es, tal como la gobernadora de Arizona, un elemento—radical sin duda—de la nueva derecha patriotera y neoliberal de nuestros países.

Lo que yo me pregunto es lo siguiente: ¿por qué el Residente Calle 13 se pone minucioso hablando de la política inmigratoria norteamericana y viene a nuestros pagos a generalizar por la “falta de derechos humanos”? ¿no se le ocurre a don René que Obama es partícipe y responsable por los asesinatos en la frontera a mano de los paramilitares Minutemen? En todo caso, se le pediría un poco de coherencia. O se pone a denunciar a diestra y siniestra contra todos los gobiernos del mundo, o se embarra un poco las manos y se pone a hablar de política. Que la critique sin miedo a la Brewer, pero si va a discutir sobre Villa Soldati y lxs tobas, que hable de Insfram, de Macri, de la policía federal.

Sincerándonos, me pareció muy bien que se mencionaran lxs tobas y Villa Soldati arriba del escenario, aunque también lo hizo Alex Freyre—integrante del primer matrimonio homosexual celebrado en la Argentina—pero como él es un militante kirchnerista, nadie le dió pelota. Pero también vale celebrar y apoyar una política de derechos humanos del kirchnerismo que, aunque dista de ser perfecta, es la mejor que hemos tenido en nuestra historia. Yo fui a la plaza por eso, y porque creo que la profundización del proyecto que comenzó en 2003 tiene la capacidad de construir un país nuevo donde no haya más muertxs por esgrimir banderas de justicia, igualdad y emancipación.

Y como para ir cerrando, porque esto ya se me pone largo, me irrita un poco que el Residente diga que el que quiere que le pegue un tiro, porque por más injusto y capitalista que sea este país, ya no vivimos en una dictadura como la anterior. Como dijo algún bloguero k, que vaya a hablar de los derechos humanos a Corea del Norte, a ver como le va. O incluso, mejor aún, que se anime a tildarlo de asesino y terrorista a Obama en alguno de sus recitales en Miami, y después hablamos...

Monday, November 29, 2010

Liliana Herrero, la identidad, las palabras...

(al final de la canción viene la reflexión de la Lili)



Quien es dueñx de una palabra? Quien tiene la capacidad de significar una palabra, de darle contenido único e unívoco?

Nunca existe la palabra exacta... adjetivar, nombrar, darle palabra a una acción es siempre un acto arbitrario, estético, artístico. Al hablar hacemos arte, buscamos cómo ajustar ruidos y signos a sensaciones, emociones, corazonadas, percepciones que son anteriores a las letras y los sonidos.

“Esa mina es una trola” “No seas facho” “Que música celestial!” “Que se vayan todos”

Palabras que usamos, que elegimos, que a veces nos salen sin saber bien de donde. De la profundidad de nuestras experiencias pasadas, de nuestro subconciente y no tan subconciente, de nuestros prejuicios y nuestras aspiraciones. Pero también nos salen de la creatividad, de la improvisación que es propia del arte pero es común a toda actividad humana.

Un querido amigo me contaba una anécdota sobre el uso de las palabras que le sucedió en el contexto de una marcha política. Se disputaba en la legislatura la Ley de Matrimonio Igualitario, y se había llamado a una concentración del movimiento LGBT en la Plaza de los Dos Congresos. Un evento histórico, de convocatoria masiva entre la juventud porteña. Mi amigo había ido en apoyo de la causa, de la que estaba muy convencido. En un determinado momento, varixs compañerxs comenzaron a cantar consignas en repudio a las instituciones homofóbicas del estado. Como buen anarquista, se sumó a los alaridos populares de “Muera la Iglesia fascista!”, “Fin al Estado Patriarcal y Machista!” y otros. En un instante de silencio entre canto y canto, de lo más profundo del alma le salió el grito de “MACRI PUTO!!!” Como sucede en esas circunstancias, mi amigo se dió cuenta que había metido la pata mientras las palabras salían por su boca. Y se quiso matar...

Más allá de las importantes discusiones que hay que dar sobre la homofobia y el machismo en nuestros tan queridos y necesarios insultos y “puteadas”--palabra ya de por sí problemática, vale también preguntarse qué significa la palabra “puto” en diversos contextos. En ese sentido es interesante la resignificación que tiene en el contexto actual detro del movimiento LGBT. Resalta la novedosa organización Putos Peronistas, que gritan a los cuatro vientos: “Los Gays son Gorilas!”.

Por más fuertes que sean las palabras y sus contenidos—lo que lxs semióticxs llamarían la pareja significado/significante—también son inestables, fluídas, en constante tensión, en construcción y deconstrucción, totalización y destotalización. Cuando afirmamos una identidad, afirmamos una cultura, unas tradiciones, una historia, pero lo hacemos a través de palabras, imagenes, símbolos. Y quién es dueñx de esos signos?

A fin de cuentas, cuando una persona habla de su identidad, lo hace asumiendo como propia una palabra. Al yo decir "soy varón" lo hago a sabiendas de que esa palabra tiene profundos significados en mi pasado, en mis memorias, como las veces en que mi padre me decía que yo era una nena por llorar. Pero también al decirlo asimilo el sinnúmero de connotaciones sociales que trae esa palabra consigo, entre ellas el patriarcado, los binarismos de género, la homofobia, etc. Y aunque muy mal me caigan los binarismos, el patriarcado y la homofobia, yo sigo reivindicándome como un varón, sigo siendo eso.

Quizás lo que debemos asumir es que las palabras y sus significados están siempre en boga. No abandonemos una palabra porque sea mal usada, porque no nos gusta como otrx la usa o la manipula. Defendamos nuestras palabras, luchemos por su continuidad, su renovación, porque signifiquen para todxs lo que significan para nosotrxs....

de por qué escribo (y por qué comparto)

Tengo 23 años y por cinco años viví en el país ese del norte. Sí, ese en el que estás pensando... No, no, Canadá no. Sí, el otro... "Ese" otro. Estuve cinco años en los cuales estudié y me recibí en un campus universitario gringo como esos de las películas. Después trabajé por un tiempo en el sistema educativo, y en una ONG dependiente del Estado que trabajaba con temas de violencia de género.

Ahora volví a mi tierra de origen, convocado por los cambios políticos que se viven en la región y por los afectos de siempre que me hicieron mucha falta.

Estando de vuelta en la querida y malparida Buenos Aires, estoy tratando de entender qué cambió en mi en estos cinco años, qué cosas quiero mantener y cuales otras prefiero desaprender. Las cosas que escribo tienen mucho que ver con eso, aunque quizás no sea aparente al leerlas. Ustedes dirán...

Por lo pronto quiero pensar en voz alta sobre lo que salga, sin agendas ni planes.

Bienvenidxs...